No es la mejor, es la mia.

martes, 30 de julio de 2013

Pinceladas literarias.: "El fin del Mundo y un despiadado país de las maravillas" H. Murakami


Me sucede a veces, que la gente se olvide de que existo.

…sólo mediante la reiteración de un acto es posible corregir la tendencia a la distribución desigual.

…las maneras de engordar de las personas, al igual que las de morir, son innumerables.

William Shakespeare: «Si mueres este año, no tendrás que morir el año que viene».

El corazón no se usa -dije-. El corazón está ahí y basta. Es como el viento. Es suficiente con que puedas sentir su latido.

En el buzón no había ninguna carta. En el contestador automático tampoco había ningún mensaje. Por lo visto, nadie me necesitaba. Perfecto. Yo tampoco necesitaba a nadie.

Tal vez haya muchas chicas que sepan quitarse la ropa de un modo seductor, pero pocas son capaces de ponérsela con gracia.

Que si unicornios por aquí, que si tinieblos por allá.

La gente decente no va a comprar alcohol antes de desayunar.

Intenté contestar, pero no encontraba las palabras, como si las hubiera perdido.

Ya sé que es un prejuicio, pero no me fío mucho de los hombres que llevan pañuelo.

Mi vida no es nada», pensé. «Cero. Nada. ¿Qué he construido yo hasta ahora? Nada. ¿He hecho feliz a alguien? A nadie. ¿Tengo algo? Nada. No tengo ni familia, ni amigos, ni puerta. Ni siquiera tengo erecciones.

La lluvia era sólo lluvia. Golpeaba el tejado, empapaba la tierra y desembocaba en los ríos. Solamente eso.

Es extraño -dije-. Yo aún tengo corazón y, sin embargo, a veces lo pierdo de vista. No. Mejor dicho, posiblemente está siempre perdido y sólo en ocasiones lo recobro.

Ese agotamiento que va carcomiendo la vida, o que brota del mismo corazón de la vida, podría explicarlo yo de cien maneras distintas.

En la vida siempre sucede lo mismo. Para construir algo se requiere mucho tiempo, pero basta un instante para destruirlo todo.

Con los años, aumenta el número de cosas irreparables. -También aumenta el cansancio, ¿verdad? –Sí.

Ellos sólo pensaban en la cifra que marcaba el velocímetro, en sus expectativas de sexo, en los recuerdos y en las insípidas canciones pop que subían y bajaban en el ranking musical. Claro que yo no podía criticarlos. Lo único que pasaba era que ellos no lo sabían. Sólo eso.

Aunque te encierres bajo el suelo, aunque te rodees de altas murallas. Siempre habrá alguien que te encuentre y destruya tu mundo. Y tu abuelo no es una excepción.

Cuando una persona quiere alcanzar algo, piensa de manera espontánea en tres cosas: ¿qué he conseguido hasta el momento? ¿En qué posición me encuentro ahora? ¿Qué debo hacer de aquí en adelante? Si uno no puede contestar a estas tres cosas, sólo le queda el miedo, la falta de confianza en sí mismo y el cansancio. Y precisamente en esa situación me encontraba.

…el whisky hay que contemplarlo primero. Y cuando te cansas de mirarlo, te lo bebes. Es como una chica bonita

…el alcohol me embotaba los sentidos, me daba la impresión de que el dolor se convertía en un ser independiente que no tenía relación directa conmigo.

Hasta aquel instante, yo había ignorado que el odio pudiera pesar tanto.

Yo no quería vivir dentro de mi conciencia. Yo no quería vivir dentro de la conciencia de nadie.

…confusión. La realidad era tan pesada como una caja grande de cartón llena a rebosar de arena, y era incoherente.

…el mundo hay cosas que cambian y cosas que no cambian. Y las cosas que no cambian, pase el tiempo que pase, no cambian jamás. La música de los taxis es una de ellas.

…pero ya se sabe que las chicas sofisticadas no se pasan la tarde del domingo leyendo revistas en la lavandería.

Había vivido treinta y cinco años en este mundo y ni siquiera sabía cómo se llamaban las flores más comunes.

…si alguien hubiera abierto la ventana de mi piso, se hubiese asomado dentro y me hubiese gritado: «¡Tu vida es un completo cero!», yo no habría tenido ningún argumento en contra que esgrimir.

Tal vez fuese desesperanza. Turguéniev quizá lo llamaría desencanto. Dostoievski, tal vez infierno. Somerset Maugham tal vez lo llamase realidad. Pero lo llamaran como lo llamasen, eso era yo.

Bob Dylan había empezado a cantar Like a Rolling Stone, así que dejé de pensar en la revolución y empecé a silbar al ritmo de la música. Todos nos íbamos haciendo viejos. Era algo tan innegable como la lluvia.

Una vez que has perdido una cosa, aunque esa cosa deje de existir, la sigues perdiendo eternamente.

Yo no me fío de las personas que comen poco. Me da la impresión de que luego se llenan el estómago en otra parte.

…vida siempre ha consistido en esto. En recoger basura, ir limpiándola a mi modo e ir arrojándola a otra parte.

Una persona que está tumbada en el parque un lunes por la mañana con varias latas de cerveza vacías a su lado no es una persona decente.

Las personas decentes no queman tarjetas de crédito los lunes por la mañana en los parques.

En este mundo existe un tipo de tristeza que no te permite verter lágrimas. Es una de esas cosas que no puedes explicar a nadie y, aunque pudieras, nadie te comprendería

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