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martes, 12 de febrero de 2013

Entre pitos y flautas


 

Los pitos al Rey, al himno y al Ministro Wert en la final de la Copa del Rey de baloncesto en Vitoria fueron tanto esperados como deseados por determinados sectores de la prensa para poder atizar a sus contrarios políticos.
Si bien son tres cosas distintas y de naturaleza completamente diferente, los “analistas” y políticos se empeñan en unirlo todo para así modelar y construir a partir de ahí su argumento falaz y pueril.

Antes de nada y para mayor compresión y visto la dificultad de encontrar en los medios una secuencia clara de los hechos, vamos a relatarla. Primero apareció el Rey fue pitado y abucheado, treinta segundos después con el Rey sentado los pitos continuaban en ese momento pusieron el himno y los pintos no cesaron. Después en el descanso el Ministro Wert entrego un premio a unos niños que habían ganado la Copa del Rey en su categoría y los abucheos y pitos regresaron. Más tarde durante la entrega de premio cada vez que el speaker pronunciaba el nombre del Rey para la entrega de algún premio el pabellón tenía la misma reacción.

Respeto de los pitos al Jefe del Estado, en un momento en el que su hija y su yerno están metidos en un escándalo de corrupción mayúsculo, la cacería de Botsuana, su supuesta “amiga” y con la popularidad de la institución en sus horas más bajas me cuesta creer que alguien no vea en los pitos una repulsa y/o condena a la mala gestión y nefastas prácticas de la institución monárquica en los últimos tiempos. Parece ser que para algunas personas y “periodistas” todavía vivimos en la edad media y todo el que ofenda, ponga en duda o exprese su desacuerdo con el monarca o la institución monárquica es un delincuente y debe ser ajusticiado.

El asunto de los pitos al himno, si es algo bastante reprochable a los que lo que lo llevaron a cabo y a quienes lo justifican. No estoy en el caso de llevar el asunto a una gravedad tal de la suspensión el partido o de tratar a los autores como delincuentes, sino simplemente como un problema de educación o de mala educación mejor dicho.  Pitando al himno se ofende a los demás, al que lo siente y aunque tú no lo hagas (cosa respetable, otra cosa que para determinados medios es de “criminales”) debes intentar no herir los sentimientos ajenos. Lo que me sorprende del tema es que cuando estos pitos se producen al himno de España el tema ocupa portadas, tertulias enteras y cuando van en contra de un himno extranjero el tema es completamente ignorado por los medios (salvo algunos periodistas deportivos que cabe decir que cada vez que esto se produce lo denuncian enérgicamente). Es sorprendente ya que es evidente que los pitos que se producen al himno de otro país es un caso muchísimo más grave, eso sí perjudica nuestra imagen y no las manifestaciones y protestas como tratan de hacernos creer los políticos, quedamos como unos salvajes y maleducados ante el resto del mundo, y en parte llevan razón. Debemos de hacer algo para mejorar la educación y el respeto ya que es uno de los pilares de la actual crisis social y económica.
Al Ministro “Wert” también se le dedico una “cálida” acogida cuando salto a la pista a entregar un premio. Con los recortes en educación, sus incendiarias declaraciones y su lamentable comportamiento político, no solo no son reprochables los pitos hacia su persona si no que son un símbolo de saludo democrática y de oposición clara a su nefasta gestión.

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